Cuando comencé a leer esta saga no tenía grandes expectativas. Es más, cuando la cogí esperaba una lectura agradable, rápida y con tintes eróticos. Quería leer algo sencillo entre otras lecturas más densas. Sin embargo, cuando me introduje en sus líneas quedé gratamente sorprendido. Es una historia muy interesante, con personajes con un gran trasfondo y con una estructura inteligente.
Sin embargo, esta obra es el claro ejemplo de que una buena idea puede desperdiciarse si no sabe desarrollarse. En primer lugar, tengo que decir que esta saga se introduce dentro del género del thriller y el erótico. Está compuesta por tres libros (Maestra, Dómina y Última), cada uno de unas 350 páginas.
En esta reseña de la trilogía de la saga Maestra intentaré ser lo menos crudo posible, eliminando todos los spoilers y acercando la obra a aquellas personas que no la han leído.
Esta saga cuenta la historia de una joven tasadora de obras de arte. Ella no se siente satisfecha con su trabajo, pues la explotan y no la tienen en gran consideración. Por eso mismo, decide entrar en un club exclusivo de sexo sin límites de París. Allí empieza a ganar muchísimo dinero. Sin embargo, tiene que vivir diferentes estafas, diferentes viajes con finales no del todo agradables y otras experiencias que convierten su vida en una auténtica locura. Su vida se podría resumir en una constante huída.
No quiero centrar esta reseña de la trilogía Maestra en relatar diferentes datos sobre su argumento, ya que siento que eso no aporta nada. Quiero ser sincero con mis lectores: esta saga es muy desconcertar. Siento que tiene un comienzo muy llamativo, muy inteligente y diferente pero se va deshinchando con el paso de las páginas. El primer libro es buenísimo, de verdad. Pero el segundo libro y el tercero son imposibles. El argumento se enreda tanto, aparecen tantos personajes nuevos y tramas secundarias que el interés se pierde. Deja de importar.
Hay una característica literaria que detesto profundamente. Yo lo denomino “personaje salvador”. Se basa en la aparición de un personaje nuevo que salva todo el argumento, que añade continuidad y algo de trasfondo a los personajes protagonistas. Se suele ver mucho en las telenovelas de la televisión, cuando al final del capítulo aparece alguien totalmente desconocido que atrapa, que llama la atención del público. La autora, L.S. Hilton, lo sabe hacer muy bien. Y durante el primer libro lo hace constantemente. Pero en el segundo y tercero ya no funciona. Esa estrategia no te va a salvar siempre.
A mí me gustan los libros que con pocos personajes crean una trama interesante, atrayente, enrevesada y llamativa. Esta trilogía de desinfla por esto mismo: los personajes iniciales se van perdiendo para que la principal aumente, pero no funciona del todo.
Las escenas eróticas se enredan con asesinatos, lujo, dinero y pistolas —características que aporta mucho interés a toda la saga—. Sin embargo, creo que estas tramas de misterio importan hasta que comienzan a ser algo irreales. En el primer libro atrapan, pero en los libros posteriores empiezan a hartar. Creo que este libro se podría resumir en “interesa hasta que se hace repetitivo y cansa”.
No obstante, creo que es una historia que ha triunfado alrededor de mundo por el gran éxito de 50 sombras de Grey. El género erótico tiene mucho que agradecerle a esta trilogía, aunque sí que creo que tienen grandes diferentes. Maestra no tiene nada que ver con Grey. No me atrevo a recomendarlo con un “leedlo” o “no leedlo”. Es decisión vuestra.