Antes de entrar en temas técnicos o referentes al argumento de estos relatos, quiero destacar el título y la portada. «Quién sabe nada de nadie» me parece un nombre muy sugerente, llamativo y que, por supuesto, llama la atención del lector. A su vez, la portada resulta ser la perfecta analogía para todo lo que se muestra en su interior. En esta reseña de Quién sabe nada de nadie mostraré por qué recomiendo esta obra.
Carmen Bassolas es la mujer que firma esta obra. Nació en Barcelona y es licenciada en Filología Románica por la UB, aunque en la actualidad se dedica a la docencia como profesora de Lengua Castellana y Literatura en secundaria. También se dedica a organizar diversos eventos culturales. Ciertamente, su interés por la literatura no es actual, pues ya en el año 1975 publicó La ideología de los escritores con la editorial Fontamara. El libro que tenemos entre manos es la recopilación de relatos escritos durante varios años, terminados en 2020-2021.
Quién sabe nada de nadie recoge 17 relatos de escasas diez páginas, aunque hay algunos más breves que otros. En conjunto son 130 páginas. Aunque se pueden leer de forma individual, hay cierta relación entre algunos de ellos. Los personajes son diferentes, las tramas también, pero hay ciertas cuestiones que puedes llegar a relacionar. Entre las temáticas que podemos encontrar citaremos la tecnología, el cambio climático, por supuesto el amor y el odio, el desconocimiento hacia las personas que nos rodean…
Adoro los relatos, pero una de las cuestiones más importantes seguramente sea que se centra en algo y lo desengrana completamente. Me gusta analizar un texto, leer cada frase minuciosamente y entender completamente a los personajes. Con un libro extenso se hace más complejo, porque hay tramas y personajes secundarios. Este tipo de textos te lleva a pensamientos sinceros, exactamente donde el autor te quiere llevar.
Pongamos un ejemplo para que entendáis el porqué he disfrutado tanto de esta lectura. Nos situamos en la página 113, «La cifra de nuestros sueños». Empieza de una forma magistral: «En mi familia se muere del corazón». Pensamos que va a ser un texto intenso, donde la poesía va a surgir de entre las letras. Pero es mucho más humano de lo que pensamos: «[…] abundan los ataques que conducen de inmediato a la muerte». La autora se sirve de este hecho para contarte pequeños detalles de su familia y de la «leyenda» que se ha creado alrededor de este hecho. Me parece un recurso interesante, completamente inteligente y llamativo.
En conclusión, Quién sabe nada de nadie llama la atención por las temáticas que trata, por la ligereza de la pluma de la autora y por ser textos perfectamente construidos. Se nota el cariño que se le ha puesto y los mensajes que se quieren implantar. Leedlo, dadle una oportunidad al género.