Comencé este libro sin leer la sinopsis, solo al mirar la portada tuve ganas de que me sorprendiese, que me descubriese un mundo que me enganchase. Es difícil contar en esta reseña de Lola. Monólogos desde el otro lado todo lo que me ha generado, pero lo intentaré con completa sinceridad.
Jaume Cortés Boada (Argentona, 1947) es un hombre actualmente jubilado, aunque ha sido empresario toda su vida. Con cincuenta años, de manera casual, se embarcó en la aventura de su vida: la vuelta al mundo en velero junto a su mujer, lo que les llevó casi dos años. Tiene una amplia experiencia en el mundo de la literatura, pues este no es su primer libro (indica que Lola. Monólogos desde el otro lado puede entender como una continuación de los anteriores, pues aparecen personajes similares, pero que no es la intención del guion; se puede leer de forma independiente). Siente el mar como algo propio y lo integra en sus novelas como si fuese un personaje más.
Seguramente, uno de los puntos fuertes de esta novela sea enfrentarte a ella sin saber nada de lo que hay en su interior. El subtítulo es tan llamativo que ya te atrapa: «Monólogos desde el otro lado». ¿Monólogos? Si el título es «Lola», ¿nos encontramos ante un libro con un solo personaje? Esas dudas iban surgiendo en mi cabeza, pero todo fue encajando.
Este libro cuenta la historia de Lola, una mujer que desapareció cuando el naufragio del Estrella de Orienta. Los textos que aquí encontraremos son narrados en primera persona, como si Lola lo escribiese directamente a Arnau, el que fue su marido durante toda su vida. Aunque desde el prefacio ya todos los lectores sabemos desde qué punto lo cuenta Lola, siempre queda una esperanza de que estas misivas lleguen a su destinatario. Realmente, la estructura de la novela es lo que más me ha gustado. Creo que el autor ha sabido sacarle todo el jugo a la historia (de otra forma no hubiese brillado tanto).
Lola es un personaje que llegas a conocer sin encontrar grandes descripciones personales. Conoces a los personajes por cómo son, por sus acciones, por sus anécdotas, por sus deseos. Llega un momento donde tanto el lector como el personaje masculino se ilusiona con la ficción del regreso, de hablar con ella de nuevo. Se crea un desconcierto precioso, porque dota a la lectura de esperanza, aunque sabes perfectamente que no hay ni una pizca.
Podría hablar páginas y páginas sobre este libro, porque ciertamente me ha gustado mucho. Destaco el sello del autor: el mar. Como bien indico en la biografía, el autor se siente parte del mar, ya que lo surca con su velero constantemente. Disfruto que Arnau sea capitán de la marina mercante y que Lola, por cuestiones del azar, haya naufragado siendo pasajera.
El libro está escrito de una manera muy sencilla, entendible para todo el mundo, pero destacando la exactitud en los términos. La narración está plagada de citas a otras obras artísticas, algo que aligera el proceso lector. De verdad que me ha gustado, lo recomiendo a todas esas personas que quieran pasar un buen rato, aunque la historia no sea precisamente humorística.
Encuéntralo aquí.