Realizar la reseña de Pesadillas para contar de John A. Striker no es una misión sencilla, pues el género de terror es bastante subjetivo. Lo que a mí me puede generar pánico, a otra persona, quizás, le gusta. Por eso mismo, yo me enfrentaba a este libro, que me mandó la editorial Círculo Rojo, con bastante temor. Sin embargo, ha cumplido mis expectativas y tiene todas las características idóneas para que pueda gustar a todo tipo de personas.
En primer lugar, habría que comentar que este libro está compuesto por ocho relatos que se incluyen dentro del genero del terror. En la contraportada hay una breve sinopsis de cada uno de ellos. Siendo sinceros, siento que estas descripciones en la contraportada le resta misticismo a los textos, pues ya no me enfrento con el efecto sorpresa a ellos. Yo, en lo personal, los hubiese hecho más escuetos o, simplemente, una sinopsis general para toda la obra.
Cuando me enfrento a una obra de este género siempre tengo el temor de que la prosa sea muy tediosa, se recree mucho en las descripciones, etc., ya que hay personas y escritores que consideran que para dotar a la obra de ese halo misterioso y que propicie el miedo tiene que ser lectura lenta. El autor de esta obra, John A. Striker, no lo considera así y le da a cada relato la velocidad necesaria. El primero, El barranco de los cuerpos, es más rápido que el segundo, pero es así porque el relato lo necesita. Un buen escritor lo es cuando sabe qué necesita cada texto.
No me gustaría entrar en detalles sobre cada relato, pues siento que entre la contraportada y lo poco que pueda decir yo os lo voy a destripar, pero sí que daré algunas pinceladas. Hay textos que se centran en el género del terror y otros en la fantasía, aunque la mayoría tienen aspectos de ambos géneros. En lo personal, disfruto más de aquellos que tienen más de terror que de fantasía, pero tampoco me ha molestado adentrarme en universos como el de Órbita sobre marte. Por eso mismo, os recomiendo mucho La estatua y El hombre de hielo (en los comentarios espero vuestras opiniones). Los he disfrutado muchísimo.
Además, me gustaría resaltar un aspecto que considero crucial en este libro y en nuestra literatura en general. Es normal que los escritores españoles relaten su universo: la Alpujarra granadina, la vecina llamada Lola o la tortilla de patata; y no sobre lugares que no conocemos como la Catedral de San Patricio o una fábrica de conservas en Portland. No quiero decir que sea erróneo hablar sobre lugares desconocidos, pero sí que considero que puede llegar a ser un problema cuando hablar sobre estos lugares parece que dota al texto de mayor calidad.
Independientemente de este detalle, siento que Pesadillas para contar es un libro perfecto para esta época de pandemia que nos está tocando vivir: todos vivimos estresados, agobiados por el futuro y sin muchas ganas de centrarnos en una obra larga y tediosa. Por eso, los libros de relatos y novelas cortas son tus mejores aliados. Además, estos relatos te harán sentir vivo, con energía y algo que debatir internamente: ¿Qué pasaría si pasase? ¿podría ser verdad?
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