Siempre he pensado que el género literario más difícil es el humorístico, pues realmente es algo tan personal como confuso. Lo que para una persona puede ser desternillante, para su vecino puede llegar a ser una aberración. Por eso mismo, con los libros que se identifican con este género siempre voy con pies de plomo. No obstante, en esta reseña de El viaje iniciático de Fermín Braguero quiero mostrar sus cualidades y el porqué se ha convertido en una obra interesante sin tener muchas pretensiones.
El viaje iniciático de Fermín Braguero es una obra que cuenta el camino personal que emprendió Fermín con el objetivo de convertirse en el hombre perfecto e ideal de su novia. Su novia, una chica bastante pija, se fue a la India a encontrarse con ella misma y a desarrollarse como persona. A su regreso, mientras Fermín la espera en el aeropuerto, empieza a relatar todos los cambios que ha dado en su faceta más personal. No obstante, no identifiques este libro con la autoayuda ni el crecimiento personal; es humor y ha sido escrito para hacer reír. Eso sí, tiene su parte de crítica a ciertas partes de la sociedad que comentaremos posteriormente.
Esta obra ha sido escrita por Andrea Iocalente, pseudónimo o no de una persona desconocida. No podemos dar más datos porque es la decisión del autor/a. Y, precisamente, con esta cuestión se abre un debate que lleva siendo actualidad mucho tiempo. ¿Esta obra la ha escrito un hombre o una mujer? ¿Tienen capacidades diferentes? Personalmente, intento separar siempre obra de autor, aunque hay situaciones donde es imposible hacerlo. Sin embargo, sí que genera interés resolver esta incógnita.
Independientemente de cuestiones externas a la obra, quiero destacar algunos aspectos que me han parecido relevantes. En primer lugar, la construcción de los personajes. Desde el momento en el que leemos la sinopsis podemos identificar a los protagonistas con arquetipos de personajes: «una novia pija (muy pija)», un «padre rico (riquísimo)», Fermín hace «su propia viaje iniciático en busca de su interior (más cutre, claro, y sin salir de la ciudad)»: la chica tonta que siempre hay que cuidar y que no se vale por sí misma, el padre rico que salva a las personas que le rodean y Fermín, el chico de buen corazón, pero que es bastante torpe. Estas son las primeras impresiones, pero sí que es cierto que todos tienen una gran evolución, y cambiar así a unos personajes tan caricaturizados es muy complicados. ¡Un gran trabajo, Andrea!
Asimismo, el simple hecho de tomar el humor como recurso para acompañar el camino de Fermín me parece muy acertado, porque no hay otra forma de crítica más eficiente que la risa.
En conclusión, El viaje iniciático de Fermín Braguero ha sido un libro que me ha conquistado, muy bien construido y que tampoco pretende conquistar a un gran público: no siento que tenga pretensiones, pero seguramente esta cuestión sea la que me ha conquistado.
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