Reseña de “El tratado de los relojes elementales”

Reseña de “El tratado de los relojes elementales”

Como siempre he dicho, escribir mi opinión sobre obras de poesía se me da realmente mal. Quizás, lo que no termino de hacer bien es explicar las emociones que estas composiciones generan en mí. El sentimiento lo tengo claro, pero mostrar esa inquietud sobre el papel se me hace cuesta arriba. Sin embargo, intentaré en esta reseña de El tratado de los relojes elementales de ser lo más coherente posible con mis sensaciones.

Este poemario recoge toda la obra del autor, Antonio Merino, durante toda su vida: desde 1980, que son sus primeros escritos, hasta 2016. El autor ha dedicado gran parte de su vida al estudio de la literatura hispanoamericana, cosechando grandes trabajos sobre César Vallejo. En esta antología encontramos poemas, prosa poética, muchas citas de autores importantes, como Huidobro, Ángel González, Kafka, etc.

Sinceramente, creo que esta obra es perfecta para todas aquellas personas que quieran adentrarse dentro del autor. Ya no solo en su obra, sino también en toda su trayectoria y lecturas. Entiendo que todas estas citas que encontramos hay un estudio precio, un interés por esa personalidad.

Así, sus escritos son muy diversos y encontramos varias temáticas que, aunque no sean muy originales, siempre funcionan: la belleza femenina, el paso del tiempo y el amor. Me atrevería a decir que Antonio Merino tiene una prosa bastante sencilla, pero muy efectiva. Él no se anda con florituras; usa metáforas y otro tipo de recursos válidos en sus textos, pero no te va a costar encontrar el sentido. Hay algunos que realmente me enamoraron, como «Lunes 7 de septiembre» (Eguzki) o «¿Te acuerdas?» (El vientre del pez).

No obstante, sí que es cierto que, al no conocer al autor, ningún rasgo de su vida ni sus inquietudes, todos estos textos son algo fríos. Los he visto desligados, con ciertas faltas y con una falta de voz potente. De todas formas, creo que estas características tienden más a ser aspectos a mejorar que piedras que tirar. Y me encantaría seguir leyendo más del autor, analizar su trayectoria, dedicarle más tiempo a analizar estos escritos que me han parecido muy interesantes.

Antes de entrar en las conclusiones, me gustaría dejar un fragmento para que os pique la curiosidad: «[…] Me pronuncio en ti / porque sé / que solo en ti / me sabe a rabia / la lengua con la que / te sueño» (pg. 197). O, por ejemplo, «No hay mirada / más huérfana / que aquella que / describen tus ojos / buscando su rostro / en la ventana. // No hay mirada / sino cristal» (pg. 199). Si tengo que recomendar algún poemario, seguramente sea El vientre del pez, sobre todo el libro primero. Pero siento que esta antología, Tratado de los relojes elementales es una buena opción para conocer al autor.

Deja un comentario