Este libro tiene una premisa y una temática muy interesantes: Maikel Cordel es un gran físico que ha desarrollado un láser de plasma que puede revolucionar nuestra existencia. Yo no soy muy apasionado de la ciencia ficción, pero sí de los misterios. Por eso mismo, seguramente, esta reseña de El fin del principio se mueve entre sentimientos encontrados.
Rubén Pellín Barroso, escritor de esta obra, ha hecho un trabajo magnífico. Él nació en Novelda, localidad de Alicante. Él indica que desde que tiene uso de razón se recuerda con un libro en sus manos. Sin embargo, él siempre ha tenido y tiene sed de aprender. Se sumergía en libros para conocer sobre arqueología, sobre historia, sobre naturaleza, todo lo que le caía en las manos. Todos estos conocimientos son perfectamente visibles en esta novela, pues, aunque yo pensaba que no, sí que tiene aspectos de la propia realidad.
Asimismo, además del láser que he citado anteriormente, también han encontrado un material que puede convertirse en una nueva fuente de energía para la Tierra. En este momento nos encontramos con luchas entre potencias, sobre quién está dispuesto a pagar más, quién tiene más poder… Vamos, como la vida misma. En esta reseña de El fin del principio quiero ser muy sincero. No creo que esta idea se haya desarrollado de la mejor manera, pero tampoco me atrevo a despreciarla. Vamos a desarrollarlo.
Sí es cierto que el género no es mi favorito, no soy fanático de este tipo de literatura, pero sé apreciar cuando un libro es bueno y cuando es malo. Me atrevería a decir que el autor supo enganchar mi atención desde la primera página hasta el fin de la primera parte. Este libro está compuesto por tres partes, algo más de 500 páginas. Ese interés se perdió durante toda la segunda parte y parte de la tercera. Eso sí, el final es apoteósico, me encantó, me gustó muchísimo. No obstante, si hago un balance sobre toda la experiencia lectora tengo que intentar buscar una razón para esa perdida de interés.
Quizás sería aconsejable algún giro más sorprendente. Alguna trama secundaria que pueda llegar a despertar al lector. Evitar tanto desarrollo. Seguramente todo esto sean ideas que no van a ninguna parte, pues yo no sabría implementarlas. Pero me he perdido durante varios capítulos. También me gustaría decir que los personajes están perfectamente desarrollados. En un libro de esta categoría siempre suele interesar más aquello que pasa, que a quiénes les pasa, y creo que es un buen trabajo. De todas formas, no soy quién para menospreciar esta obra, pues entiendo y valoro todo el trabajo que tiene detrás.
Me ha gustado también estudiar algunos de los conceptos que desarrolla la obra, como la nueva fuente de energía que está en la luna. Y ciertamente me ha hecho ilusión entender que es cierto, que sí que existe esa energía y que algunas potencias mundiales la han intentado explotar. Basar la ciencia ficción en una realidad me ha parecido un acierto total. Además, no es una pluma rebuscada ni basada en tecnicismos. Es bastante comprensible.
Finalmente, sí que me gustaría leer algo más de el autor. Para ser una primera novela es un gran trabajo y, desde aquí, le doy la enhorabuena. Te animo a seguir escribiendo y mostrando todo lo que hay en tu cabeza.
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