Reseña de “Anima minima”

Reseña de “Anima minima”

Cuando leo un poemario, siento la valentía del autor, pues se abre en canal hacia un público muchas veces desconocido. Contar, desde la simpleza de los versos, qué es aquello que te recorre por dentro lo considero uno de los actos más poderosos que encontramos en la literatura. En este caso, en esta reseña de Anima minima, os contaré qué he sentido al leer a Jesús María Quílez Bielsa, un autor, en mi opinión, que tiene mucho que ofrecer.

Jesús María Quílez es profesor de enseñanza secundaria. Nació en Madrid, en 1963, y en su vida laboral cuenta con muchos logros. Es licenciado en Filología Clásica y Filología Inglesa en la Universidad Complutense de Madrid. Además, forma parte de la junta directiva de la Sociedad Española de Estudios Clásicos. Su gran pasión, además de la escritura, es la enseñanza, impartiendo clases de latín y griego en bachillerato. Con sus alumnos ha organizado diversas comedias clásicas, recibiendo el premio IRENE en el año 2006 por el fomento de la convivencia.

En Anima minima encontraremos una recopilación de poemas, recogidos en diferentes temáticas. La primera, que abarca desde la página 16 hasta la 22, se titula “La palabra se desnuda para ti”. Él, en la contraportada, presenta su obra como «obra minimalista». Y realmente lo es. Muchos de los poemas no superan los diez versos, pero hay otros que lo doblan. Antes de entrar en materia, me gustaría indicar que Anima minima es un poemario diverso, donde el autor muestra sus inquietudes y pensamientos, rodeado de una prosa dulce e incisiva. Su forma de plasmar sus pensamientos no es rebuscada, todo lo contrario; se vale de ideas simples, llevadas al extremo con gran maestría.

Comencé a leerlo sin tener ninguna pretensión, pero nada más leer el primer poema, entendí que había potencial. Continué la lectura y debo citar algunos versos que me apasionaron: «Te han abandonado los tres soles / de las mañanas de verano. / Ya no cantas. / El tiempo perdido / te ha abandonado». Indiscutiblemente, este es uno de mis poemas favoritos: A una madre muerta. Narra con sutileza, pero a su misma vez con fiereza lo duro de la pérdida.

Podría citar otros tantos, muchos que se han quedado en mi mente con extremo poder. Cuando terminé de leerlo, solo me quedó la sensación de querer saber más del autor, de querer infiltrarme en otros de sus escritos… De verdad, no escribiría esta opinión si el texto no me hubiese gustado tanto. Lo recomiendo infinitamente.

Para más inri, el texto está repleto de ilustraciones, entiendo que del propio autor, que acompañan la lectura. En cada página se ve el cariño que se le ha puesto y, por eso mismo, me gustaría que apoyásemos Anima minima, se lo merece infinitamente.

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