Aunque en un primer momento no sea afín al género, hay libros que tienen una lectura agradable. Comienzas a leerlo sumergido en prejuicios, pues no disfruto en exceso las novelas con referencias fantásticas como los dioses, pero después aprecié que estaba pasando un buen rato leyendo, estaba sumergido completamente. En esta reseña de ¡Sangre! El manjar de los dioses os contaré qué me ha interesado de esta obra.
José Francisco Hidalgo Gago, nacido en Alcañices (Zamora), nos presenta su nueva obra literaria. Su primera incursión en el mundo de la escritura fue en 2005, cuando publicó Tierra húmeda —libro de relatos cortos junto a otros autores—. Dos años después, Crisantemos para Ana Mari. Además, en 2016, Justicia o venganza y, finalmente, en 2018 nos presentó El alma confinada. Vive en Madrid para poder desarrollar su profesión: electrotécnico.
Esta obra nos cuenta la aventura que tiene que vivir András para descifrar el misterio de la desaparición de su abuelo. Encuentra unos documentos que le pertenecían, así como un amuleto que pertenecía a su madre y había pasado de generación en generación. Esta premisa, que puede parecer la de un thriller, se desarrolla y aparecen elementos históricos, fantásticos e inquietantes. Hay mucho de mitología, de historia y de miedo a lo desconocido.
Me sorprendió que se tratase a los gigantes, entendidos como personas que vivían hace miles de años y que han permanecido en las escrituras. Me asombró que se analizase parte de los textos bíblicos. Eso sí, entiendo que todo se entiende desde el plano de la literatura. Sin embargo, he disfrutado que se usen aspectos de la vida cotidiana para crear ese juego entre «realidad o ficción». Muchos grandes éxitos usan estos mismos recursos, el más famoso es El código Da Vinci y todas sus secuelas, escrito por Dan Brown.
Para ser claros, la escritura de este tipo de libros es como la construcción de un gran puzle. Hay miles de piezas que tienen que encajar a la perfección. Y llegar a ese punto es tremendamente inteligente, pues el lector no queda con dudas; todo lo contrario, está contento, ya que en una parte de su interior le has convencido.
Además, me gustaría indicar que el desarrollo de los personajes está muy desarrollado. Estos no se tratan como simples marionetas que deben descubrir un misterio; todo lo contrario. La historia les necesita a ellos, no al contrario.
El texto está compuesto por algo más de doscientos páginas, seis capítulos sin contar el preámbulo. ¿A quién le recomendaría este libro? A todas las personas que tienen sed de conocimiento, de historias inacabadas y de posibilidades ocultas. Me ha gustado, sí, claro, está muy bien escrito, tiene una historia llamativa y bien desarrollada.
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