Me atrevería a decir que lo que más valoro en un libro es un buen desarrollo de los personajes. Cuando llegas a comprender hasta el más simple detalle, el autor/a ha hecho un gran trabajo. En esta reseña de Morir para renacer es uno de los puntos que quiero tratar, pues creo que hay que alabar el trabajo de la autora.
Morir para renacer cuenta la historia de una lucha, interna y externa. Violeta es víctima de maltrato por parte de su marido. Ella se mantiene en esa situación por sus hijos, pues no quiere que sufran, quiere lo mejor para ellos, y considero que mantener esa situación es lo idóneo. Además de sus hijos, los recuerdos del amor que sintió por su marido la ayudan a mantenerse. Sin embargo, tendrá que decidir llegado el momento: ¿todo o nada?
Letiie Mercury es una chica cordovasca, nacida en 1994. Este no es un primer libro, pues ya en 2019 publicó un poemario con Círculo Rojo, Poesía ácida. Al año siguiente, Punto y amarte con ExLibric. Ella sigue escribiendo sin cesar, y estoy seguro de que nos irá sorprendiendo con más publicaciones. ¡No le perdamos el ojo! Sobre este libro, Morir para renacer, hay muchas cuestiones que mencionar.
En primer lugar, es un libro corto, no supera las 150 páginas, y está dividido por días —como si fuesen capítulos—: desde el 8 de febrero de 2017 hasta el 2022. Empecé a leer la obra sin saber quién era la autora, no había leído ni su biografía. Sin embargo, por la magia de su prosa supuse que había escrito poesía, aunque no tenía ni idea si lo había publicado. En una novela narrativa, pero el estilo característico de la autora delata su vena de poeta. Eso sí, en algún momento de la acción narrativa encontrarás algún poema.
En segundo lugar, sobre los personajes quiero incidir, sobre todo en la principal, en Violeta. He sentido que la he conocido más por sus acciones que por lo narrado. Y no necesariamente indico que esto sea un factor negativo, todo lo contrario. Es cuestión de gustos, pero a mí, personalmente, prefiero cuando se deja de lado al narrador y las cosas importantes se cuentan según van pasando. No es necesario hacer un gran discurso contando toda la niñez del personaje. Ya los iremos conociendo con el paso de los capítulos (así tampoco se pierde esa inquietud).
Además, las situaciones que viven todos los personajes no son sencillas. Si el lector hace un esfuerzo e intenta ponerse en la piel de ellos, entenderá que no es fácil saber qué harían. Muchas veces me pongo en la piel de los autores antes de que tomen una decisión (por ejemplo antes de leer el final), y no sabría qué hacer. Morir para renacer me ha sorprendido gratamente: tanto por su estilo tan poético, por la complejidad de los personajes, y por la crudeza de su final. La autora no tiene miedo a escribir lo que de verdad es, y eso me gusta.
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