Soy plenamente consciente de que realizar la reseña de Los chicos de la Nickel de Colson Whitehead es una labor bastante complicada. Y más cuando esta obra está siendo vendida en todo el mundo por centenares, considerada uno de los mejores libros de este 2020 y ganadora del Premio Pulitzer 2020. Leerla da vértigo, pero criticarla mucho más.
No seré yo quién diga que es una mala obra, pues no corresponde con mis pensamientos. Pero sí que he encontrado diferentes problemas que me gustaría tratar. En primer lugar, y para ubicar al lector, comentaré la sinopsis: Los chicos de la Nickel trata sobre Elwood Curtis, un chico negro que sueña con cambiar el mundo racista en el que vive. Asistimos con él al descubrimiento de esta discriminación en su mente, pues en años anteriores no se había dado cuenta. Él considera esa separación entre blancos y negros algo corriente. Este chico es sumamente inteligente y considera que la única salida para encontrar un buen trabajo es el estudio. Se centra en sacar las mejores calificaciones, pero de poco le valen cuando le encierran en el reformatorio Nickel tras un malentendido. No creo que sea necesario explicar más sobre la trama. Únicamente quiero indicar que esta “academia” presume de convertir a “hombres hechos y derechos”. Ya podemos suponer qué es lo que sucede tras estas puertas.
Es una obra dura, descripta con suma intensidad. Muchos párrafos y descripciones me hicieron emocionar al darme cuenta de que esta discriminación, aunque narrada en un escenario antiguo (hacia los años 70 en EE.UU.) sigue estando vigente en las calles de todo el mundo. Si algo es destacable es esta enseñanza. Aprendamos de estas páginas y comencemos a eliminar de nuestra cabeza prejuicios que lo único que hacen es coartar las libertades de algunas personas, en este caso, las negras.
Además, esta historia es mucho más potente cuando descubres que está basada en hechos reales. Los personajes y demás son completamente ficción, pero los escenarios y la existencia de esta academia sí que es verídico. Aunque solo sea por conocer este lugar, deberíamos leer todos esta obra.
No obstante, siento que esta obra tiene muchos fallos “literarios”. A mí, personalmente, no me ha enganchado. No he sentido ganas de seguir conociendo a los personajes, no he sentido empatía por ellos. Sí que he sufrido en algunas escenas, pero una vez que he cerrado el libro, no los recordaré en el futuro. Esta característica no tiene que ser, específicamente un aspecto negativo, pero yo esperaba una historia memorable, de las que no se olvidan y quieres volver a leer constantemente.
En este reseña de Los chicos de la Nickel quiero que quede constancia que es una historia potente por estar basado en un hecho verídico, por sus enseñanzas y por el momento político en el que se ha publicado. Sin embargo, siento que le falta mayor sentimiento, mayor dulzura en los diálogos, mayor empatía en sus líneas. No obstante, debemos leerlo. No me arrepiento.