Hay cuentos que, al ver su portada, sabes que van a ser emotivos, que van a tener una escritura dulce, sensible. Eso precisamente es lo que os quiero relatar en esta reseña de Las Siete Llaves y Zazpi Giltzak. A lo largo de mi vida he leído muchos cuentos infantiles (podéis leer una selección de libros infantiles recomendados), pero hay algunos que te emocionan por la historia que traen detrás.
Marisol Andrade Martins es una mujer nacida en Vitoria-Gasteiz, Álava, el 4 de diciembre d 1973. Sin embargo, es vecina del municipio de Eskoriatza (Guipúzcoa). Estudió Biología Técnica en la UPV de Leioa y, pocos años después, tuvo dos hijos. «La vida le guardó una de sus mayores sorpresas: uno de sus hijos nació con la condición de parálisis cerebral…». Este libro, como ella comenta en algunas de sus entrevistas, este libro es un regalo especial que le hace a su hija.
Podría resumir brevemente el argumento, aunque dudo bastante al ver que la autora no lo hizo en la autora. ¿Quiso guardar el secreto, el misterio? Un pequeño apunte: un niño, después de pasar la COVID, se reencuentra con su abuela y ambos deciden sumergirse en una gran aventura. Con este pequeño apunte he contado lo justo, obviamente la historia es mucho más amplia, pero se lee con mucha agilidad.
El cuento que tenemos entre nuestras manos está compuesto por escasas 50 páginas, conteniendo la versión en español y en euskera. En la página 31 cambia el idioma. Además, se han incluido unas ilustraciones realmente atractivas, que acompañan muy bien al texto. La autora, en el prólogo, indica que «este libro donará por cada ejemplar en formato papel 1 euro a la Asociación Aspace Guipuzcoa y 1 euro a la Ikastola Jose Arana de Eskoriatza».
Podría hablar sobre lo bien maquetado que está, sobre el placer que ofrece leer sus párrafos y encontrarnos con esas ilustraciones, pero me voy a enfocar en el público al que está enfocado. Como la misma autora indica, el texto está destinado a un público infantil, siete u ocho años, pero puede ser un libro perfecto para compartir con adultos. Los pequeños de la casa pueden ser la compañía perfecta para leer el texto, pero ¿por qué no cultivamos al joven que llevamos dentro con esta literatura? Realmente siento que mucha literatura infantil puede ayudar a los «adultos» a pasar un buen rato.
Las Siete Llaves y Zazpi Giltzak es un cuento breve, que puede acompañar a nuestros pequeños perfectamente durante varias horas… Además, tiene enseñanzas preciosas que inculcar en nuestros jóvenes: la empatía hacia los adultos, el cariño, el querer aprender… Considero que es una obra muy indicada para regalar y para recibir. Yo, en lo personal, he pasado un buen rato leyéndola. ¡Y puedes aprender euskera! ¡Muy recomendado!