Reseña de “La joven del foulard de estampados rojos”

Reseña de “La joven del foulard de estampados rojos”

Hay libros que te transportan, que no puedes dejar de leerlos porque ahí dentro te sientes cómodo, entre sus páginas y sus letras. Este es uno de esos casos. En esta reseña de La joven del foulard de estampados rojos quiero ser muy sincero, pues la autora, Cary Simonet, ha creado un mundo donde el lector se siente bienvenido.

Este es un matiz que yo, personalmente, valoro mucho: que las palabras te abracen, que te insten a seguir leyendo. En esta obra conoceremos a Giulia Molinari Benavent, una joven diseñadora que decide cambiar su vida tras un desencuentro amoroso. Este es el punto de partida, pero veremos como el amor y la amistad van generando cuantiosas historias que recordaremos.

Giulia se muda, pues si intención es romper con todo lo que ya conocía. Se sitúa en el barrio por excelencia de los pintores, del arte: Montmârtre. En él, se encuentra con una señora que le cambiará todas sus expectativas: la señora Marilou. Lo interesante de este punto es que, aunque nuestra personaje no lo conoce aún, esta mujer tiene más relación con su pasado de lo que podría llegar a pensar en un primer momento. Además, y es una característica de las que más quiero destacar, nos enfrentamos a un triángulo amoroso perfectamente construido.

La autora, Cary Simonet, es una mujer nacida en Camagüey, en 1984, y esta novela fue fruto de una estancia en París. Esta novela se desarrolló tras escribir diversas poesías, y me atrevería a decir que ese regusto a lírica y a magia poética sigue estando.

Sí es cierto que este libro me ha tomado bastante tiempo leerlo, no porque la trama no fuese interesante, sino porque hay bastante contenido. En algunos momentos he pensado que me gustaría haberlo leído en dos tomos, pero igualmente me ha dejado con buen sabor de boca. Son 460 páginas, divididas en 26 capítulos.

Indiscutiblemente, La joven del foulard de estampados rojos está muy bien escrito. Hay párrafos que te dejan con la boca abierta, pues destaco una fijación en los pequeños detalles envidiable para muchos. Os pongo un ejemplo que me dejó enamorado:

La desventura anuda en la garganta la motivación para sentirse feliz.

Además, y para finalizar con esta reseña, me gustaría incidir en la postura que toma el narrador de la obra. Este duda, juzga y es sincero con el lector, factor que adoro, pues en muchas novelas se ignora que el narrador es también un personaje, aunque no pueda modificar las acciones de los personajes. Os pongo un claro ejemplo: «[Hablan sobre Alessando, que está mirando a Giulia] la entrevé ahí parada, inmóvil a mitad del pasillo, y es difícil describir, querido lector, si la expresión […] es aterrada o avergonzada».

¡Bravo!, quiero leer más de ti, Cary Simonet.

Consigue su obra aquí.

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