Hay libros que son el comienzo de algo más grande. Existen obras que tienen un gran potencial pendientes de que el autor las explote por todo lo grande. En esta reseña de Crónicas de Thedrit quiero dejar claro que, aunque no sea mi género favorito, sé valorar todo lo que no se ha contado. Y lo mejor es que el autor ha sabido cómo plasmarlo para crear ese interés que tanto demandamos.
Crónicas de Thedrit es un libro que rinde tributo a otros grandes títulos fantásticos, como Eragon, El señor de los anillos o, mismamente, Harry Potter. Sin embargo, y como factor diferenciador, este está narrado como relatos que tienen una completa correlación. El autor, Eduardo Ara Aguarón, sabe —y estoy completamente de acuerdo— que la introducción del lector en un mundo fantástico es algo complicado, pues se puede recaer en excesivos datos que no aportan agilidad. Sin embargo, la estructura en relatos te aporta ese «aire fresco» que muchas veces se necesita.
Eduardo Ara Aguarón es un joven nacido en 2004 nacido en Huesca. A pesar de su corta edad, es un gran amante de la literatura y del género fantástico. Aunque esta sea su primera obra, ha sido galardonado en concursos literarios de relatos y microrrelatos. Se decidió a contar esta historia, la cual rondaba su mente mucho tiempo, en verano del 2019.
Esta obra, de casi doscientas páginas, está compuesta por diez capítulos. En todos ellos, encontraremos unas «notas del cronista». Este hecho, para mí bastante novedoso, nos retrotrae y nos da más pistas sobre este mundo que estamos descubriendo. Me gustaría incidir en varias cuestiones: creo que esta obra es perfecta para que el lector se interese por próximas entregas del mismo libro. Como libro independiente quizás falla en esa rapidez, en esa falta de profundidad en los personajes. Me gustaría seguir conociendo a muchos de los personajes secundarios, pues siento que tienen mucho potencial.
En general, y como he ido remarcando a lo largo de esta reseña, quiero leer más sobre el autor y sobre este mundo. Además, para ser la primera publicación del autor, está escrito de una manera soberbia; términos muy bien escogidos, construcciones oracionales que responden a una razón, personajes presentados en los momentos correctos para que después tengan su representación. Y, en realidad, si tuviese que darle un consejo al autor directamente, le diría que no olvidase nunca esta estructura con las notas del cronista. Siento que es algo nuevo, y ese cambio de narrador le aporta mucha vida a la novela.
Eduardo, ¡felicidades! Escribir una novela así no es nada fácil, y creo que has hecho un gran trabajo. Quiero conocer más el mundo de Thedrit, pero de tu pluma, pues me ha parecido magnífica.
Encuentra su obra en este enlace.