Las novelas te acompañan en malos momentos, también en los buenos. Y, es más, una buena obra puede hacer que los malos se vuelvan en buenos —obviamente, también al contrario—. En este caso, he sentido que los personajes de esta obra han formado parte de mí durante el tiempo de lectura. Por eso mismo, en esta reseña de Fastrack os contaré qué me ha hecho sentir.
Sobre el autor poco conocemos. Fastrack está firmado por Justin J. M. King. Gran parte de los escenarios y de las empresas que se citan en la obra son experiencias biográficas de él. Trabajó en empresas de moda, conociendo a fondo los máximos secretos del fast fashion (la moda rápida). En la actualidad, desarrolla otros muchos proyectos literarios. En primer lugar, traducir esta obra al inglés. Y, por otra parte, publicar su segunda novela.
Al comenzar a leer el libro apreciamos que, indudablemente, el autor se ha documentado muchísimo para poder desarrollarla. Quizás el término correcto no es «documentarse», pues está explicando unas vivencias personales. La novela trata sobre un grupo de jóvenes que emprenden la última etapa de sus estudios de forma conjunta. Unos aprenden de otros, los otros de los unos, y viajan al norte de España para aprender el oficio de la moda en la actualidad. Sus estudios versan sobre administración de empresas y hay muchísimos ejemplos y explicaciones sobre esta disciplina.
Sí es cierto que, en algunos momentos, las descripciones empresariales se pueden volver algo costosas para las personas que no conocen el mundo. O que no se sienten interesadas, por ejemplo. Yo, personalmente, las he disfrutado y creo que es una forma de enriquecer la trama básica. Pero es indudable que a muchas personas pueden no sacarles partido.
Hay un aspecto que he disfrutado muchísimo de la obra y este son los personajes. Hay de todo tipo: personajes con grandes estudios, otros que los tienen pero no disponen de la misma capacidad económica, otros luchan con fuerza para llegar a grandes puestos, pero a otros parece como si se los regalasen. Me gusta ver cómo aprenden unos de otros, cómo surgen sentimientos encontrados, envidias y la felicidad, en definitiva, de luchar por unos sueños compartidos.
Este aspecto lo enlazo con lo que comentaba al principio de la reseña: todos los personajes —Olivia en concreto; aunque debo hacer una mención especial para Jose— me han encantado. Los he sentido vivo, parece que he asistido con ellos a su aprendizaje, a su formación, a su crecimiento personal. He disfrutado ver cómo sus vidas evolucionan y he apreciado mucho el final. Sin dudarlo, esta es una novela de personajes (¡me gustan tanto!).
Siento que este libro es perfecto para todas las personas que se sienten interesados por el mundo de la moda, pero solo para los que quieren conocerla desde dentro. He aprendido muchas cosas, muchísimas. Si tengo que quedarme con una frase brillante de la novela es la siguiente: «Al final es todo más normal de lo que parece, lo que pasa es que nos ponemos muchas barreras mentales». No solo he disfrutado de su lectura, sino que he aprendido grandes cosas.