Hay frases que escuchas pero que no logras entenderlas. A mí, personalmente, cuando contaba con pocos años me pasó con «la literatura te abre mundos». Pensaba: «¿De qué mundos están hablando? Los cuentos te hablan de una historia». Aún no era consciente del poder que podía tener la palabra. Este tipo de libros, y quiero ser muy sincero en la reseña de La muralla de árboles, me demuestra que el arte puede ser peligroso y revelador.
La muralla de árboles cuenta la historia de Santiaga Aguacatitla, una mujer nacida, junto a su familia, en la Sierra Norte de Puebla. Como bien se cuenta en la sinopsis, es nieta de un chamán, del que absorbe muchas tradiciones y formas de entender la vida. Su padre se opone, pero poco puede hacer contra la sociedad. Antes de entrar propiamente en la reseña, este libro deja una idea que me parece bastante poderosa: el sitio donde naces te aporta privilegios o te lapida de por vida. Esto es lo que le pasa a la protagonista, que querrá salir de allí pero no sabrá cómo hacerlo.
Paulina Fernández del Castillo Oviedo es una mujer que nació en México. Es abogada y especialista en Propiedad Intelectual. Por motivos de trabajo tuvo que viajar a la Sierra Norte de Puebla, en México. Allí estudió, analizo y, sobre todo, visualizó muchas desigualdades sociales y una realidad que para ella era desconocida. Además, siempre fue una gran devota de los cuentos y poemas (tanto leerlos como escribirlos). Se sumergió en esta aventura y nos sorprende con La muralla de árboles.
El libro se lee bastante rápido, está dividido en doce capítulos y en conjunto no llega a las 250 páginas. La muralla de árboles toca temas realmente complicados, si tuviese que definirlo lo consideraría un libro social. Todo lo relacionado con el trato hacia la mujer es llamativo, la mortalidad infantil o la incorporación de la magia en sus tradiciones me ha interesado muchísimo. Otros temas sociales algo menos, como el alcoholismo o el subdesarrollo, pero los he sentido perfectos para entender el conjunto de la sociedad.
Hacia la mitad del libro únicamente tenía un miedo: que la autora no se introdujese lo suficiente en ciertos temas. Me gustan los libros valientes, que relatan vivencias reales, sin miedo a posibles reacciones. Los primeros capítulos son introductorios, no los sentí tan completos, pero hacia la mitad la autora cambia, los personajes empiezan a tener consciencia. Ese cambio, que seguramente sea algo casual, lo he identificado y lo sentí necesario.
Podría estar hablando horas y horas de diferentes escenas que me han gustado, otras que me he detestado y otras que me han hecho reír. No obstante, no quiero que penséis que es una ensayo, donde la autora plasma un estudio demográfico y social. Es una novela, con sus personajes, con su desarrollo y trasfondo, pero realmente lo importante de aquí es esta sociedad claustrofóbica y tan diferente a la europea.
Me gusta leer obras que me abren mundos y, por supuesto, la mente. Hacía tiempo que no me topaba con una obra que me llamase tanto la atención como para investigar más sobre aquella zona. La recomiendo mucho. Consigue el libro en este enlace.