Mentir es fácil, pero decir la verdad en muchos casos duele, remueve. En este libro se aprecia una sinceridad entrañable, un relato de una persona anónima que conmueve hasta las sensibilidades más protegidas. En esta reseña de El diario de Paco quiero ser sincero, al igual que lo fue él, y lo ha sido su nieta al querer publicar esta obra.
El diario de Paco es un libro que empezó a gestarse en la cabeza de Verónica Escudero tras leer el diario de su abuelo. Como todos sabréis por el nombre, su abuela se llamaba Paco y fue «un soldado ordinario del ejército republicano español; uno de esos héroes desconocidos que lucharon por la libertad de todos». Este libro índice, me atrevo a decir, sobre las personas españolas de una cierta edad. En mí, un chico joven, me ayuda a entender qué fue lo que pasó en primera persona, pero a aquellos soldados que aún siguen vivos les transportará a una zona más emotiva, sin ninguna duda.
En un primer momento, consideré mal este libro: pensaba que era un texto testimonial, escrito en primera persona, donde la nieta recuperaba sus escritos y los publicaba. Pero no es del todo así: Verónica Escudero ha escrito un relato basándose en estos escritos. No solo se centra en el personaje de su abuelo, si no que otros familiares toman importancia al desconocer, por ejemplo, dónde se encuentra el soldado.
Es un libro breve, algo más de setenta páginas, dividido en cuatro capítulos que fraccionan el tiempo desde la preparación de la guerra, hasta el triste exilio en Francia de toda la familia.
Sobre la obra hay varias cosas que quiero destacar y por las que considero que es una historia perfecta para descubrir. En primer lugar, la autora ha hecho un trabajo de documentación excepcional. Además, se pone en la piel de sus familiares y escribe en nombre de ellos. Esto es algo bastante complicado, pues el autor se tiene que retrotraer y ubicarse en cada ser humano, pues no son personajes creados por ella.
En segundo lugar, considero que este tipo de testimonios nunca debe quedar en el olvido. Pero este ni cualquier que pueda existir del otro bando. La historia se tiene que conocer gracias a personas anónimas que cuentan sus vivencias, no a través de grandes empresas o dictadores que modifican la información como les convenga.
Finalmente, y obviando que este tipo de obras culturales (libros, películas, documentales) están muy de moda —por consiguiente, siento que se publica en un buen momento—, creo que es una buena obra. Se pueden extraer ideas interesantes y frases que pueden generar inquietud en muchas personas. Os muestro alguna que me ha gustado:
«Estoy seguro de que un futuro justo y tranquilo es posible, no por la voluntad de un ser supremo, ni por las improbables virtudes humanas, sino porque es impensable que un puñado de indecibles decida el rumbo del mundo […]».
«El hombre nuevo, la sociedad nueva… Quiero creer con todas mis fuerzas que mi hija los conocerá».
Y ahora yo, después de leer una historia tan dura, se me queda un pensamiento en la cabeza: ¡cuánto dolor ha causado en miles de familias las discrepancias políticas! ¿No hay otra forma que la violencia?
Encuentra la obra en este enlace