Reseña “Hasta que las mariposas vuelvan”

Reseña “Hasta que las mariposas vuelvan”

Hay libros que, una vez que los leo, pienso que es imposible recomendarlo a todo el mundo. Otras ocasiones, en cambio, me encuentro con libros como este, donde siento que puede ser leído por muchísimas personas. En esta reseña de Hasta que las mariposas vuelvan os contaré la trama, lo que me ha hecho sentir y a quién se lo recomiendo.

Fernanda Robe, nacida en el año 1985, en Costa Rica, y es la autora de esta obra. En su faceta laboral, es periodista, se ha licenciado en Comunicación y cursa una maestría internacional en Diseño, Gestión y Dirección de Proyectos. Sin embargo, en su faceta literaria, nos encontramos ante su primera obra. Además, ha participado en diversos talleres de escritura tanto a nivel nacional como internacional. Es una persona formada, con grandes inquietudes y conocimientos, preparada para presentarse al mundo.

Hasta que las mariposas vuelvan es una novela muy especial. Podría definir la trama como «la historia de un hombre blanco dentro una sociedad racista». También la podría definir como «una mirada a los inicios del siglo XX enfocada en el racismo y la xenofobia». Alejándonos de los problemas sociales, podría definirlo como «una historia donde la ilusión y la desilusión traspasan la frontera de la página».

Es difícil retratar la trama sin que se desvelen más datos de los aportados por la autora, pero lo haré brevemente: Pepe, nuestro protagonista, nos narra en primera persona cómo fue la vida de sus padres y cómo está viviendo la propia. Se centra mucho en las desigualdades que hubo en la época, las opciones a las que ellos no podían acceder simplemente por el color de su piel y cómo vive el momento actual junto con su mujer y su descendencia. Lo importante es que no se cuenta con un tono pesimista ni extremadamente reivindicativo. La autora sabe cómo debe hacerlo y es contando la realidad que hubo. El usar la primera persona ayuda muchísimo.

Hay infinidad de cosas que he disfrutado de esta novela: el ritmo tan frenético, los capítulos breves, las expresiones autóctonas y el personaje personal tan bien construido. Con estas características era imposible que no lo disfruta. Sin embargo, hay una cuestión por la que he disfrutado mucho más del texto: el tono sincero de su narrativa. Hay autores que intentan disfrazar sus historias para que parezcan más duras, más dramáticas, que tengan más contenido. Entiendo que en muchos casos son recursos literarios, pero en este caso se lee como algo natural, los hechos suceden sin pensar que están construidos de una forma externa. El trascurrir de los capítulos es sensible, es natural, es completamente adictivo. Desde aquí, ¡enhorabuena, Fernanda!

Por último, comentaba que hay libros que puede leer todo el mundo y otros que no. Nos encontramos ante un libro del primer grupo. Me encantaría que el libro llegase a más personas, que lo pudiesen leer miles de personas y que aprendiesen de sus palabras. Tiene un mensaje muy potente y muy actual, aunque hablemos de una época pasada…

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