Cuando este libro llegó a mis manos no sabía muy bien qué me encontraría en su interior. Con el paso de las páginas el sentimiento ha continuado, pero dejadme que os explique; todo tiene significado. Sin embargo, en esta reseña de De juicios y sagas, breve compendio de anacronismos quiero hablar largo y tendido de la obra.
No hay mucha información sobre el autor, Adrián Egea González. No encontramos biografía, ni mucha información en internet. Tampoco puedo asegurar si se trata de un pseudónimo o de su nombre real, pero, como siempre suelo decir, el autor/a es secundario. Lo importante es lo que encontramos en su interior, dentro del texto.
De juicios y sagas es un libro que se compone por diversos cuentos. En su primera parte, titulada «Juicios», conoceremos dos relatos: «Juicio a un hereje» y «Juicio a una bruja». Son textos que, como bien indica en la contraportada, «entenderemos que, en cualquier momento y lugar, alguien puede ser juzgado por los delitos de herejía o brujería». Son realmente interesantes, pues aunque, supongo, son creados en un ambiente de ficción, se deben basar en ideas históricas, en hechos estudiados y leídos con anterioridad.
Este punto que habla sobre la documentación se desarrolla a continuación, en la segunda parte del libro, titulada «Sagas». Encontramos diferentes sagas —«narración en prosa que tiene su origen en las tradiciones orales de la Alta Edad Media»—. La primera es la «Saga de las mujeres que madrugan»; relato de Astrid Ojos de Acero, anónimo islandés del siglo XXI y traducido por el propio autor. La siguiente, «Saga perdida de los groenlandeses», también anónimo del siglo XXII y traducido y reconstruido por Nukaaka Lund; la versión castellana es del autor.
Sinceramente, me apena muchísimo no estar al tanto de la importancia que pueden llegar a tener estos textos. Los he leído, disfrutado y analizado cada nota al pie, pues los textos antiguos despiertan la vena de «investigador» que desarrollé durante la universidad. No creo que sea conveniente hacer una sinopsis de estos textos, pues realmente la importancia recae en poder leerlos, en tenerlos, ahora, de forma accesible. Siento que la mejor forma de animaros a leerlos es rescatando una de las oraciones que aparece al final, en los agradecimientos: «[…] la literatura nórdica medieval se ha hecho y se está haciendo accesible». Me gustaría que este libro sirviese para que todos, entre los que me incluyo, comencemos a leer y a descubrir esta literatura.
Durante su lectura estuve realmente dentro de la narración. Me resultaba muy interesante y, además, creo que el trabajo de los traductores ha sido impresionante. Destacan cuando una forma verbal no es la correcta, indicando que así se solía escribir. De verdad, estoy deseando tener un fin de semana libre para poder descubrir más sobre los académicos que hay detrás del texto. Y, sobre todo, saber más sobre las sagas.
A su vez, este libro está acompañado de ilustraciones muy idóneas de Virginia González, que acompañan la oscuridad del relato. Si eres un apasionado de la literatura, de las historias antiguas y de la literatura nórdica, te lo recomiendo. Creo que puede ser un paso para descubrir este nuevo mundo. ¡Gracias, Adrián! Y enhorabuena, por supuesto.