Cuando me encuentro con un libro breve, siempre tiendo a pensar que va a tener una lectura rápida, que los personajes no se van a poder desarrollar por completo y que, en definitiva, me voy a quedar con ganas de más. En otros casos, como este, me llevo gratas sorpresas por el contenido y la angustia que consigue trasmitir la autora: Bárbara Darder Ferrer. Es necesario escribir esta reseña de Inés dice para que cada día, más gente, pueda descubrir una historia tan dura y reflexiva como esta.
La autora, Bárbara Darder, es una mujer nacida en Mallorca y que dejó el mundo financiero para dedicarse a la literatura. Esta no es su primera novela, esta vio la luz en 2011, bajo el título de Mejor Púgil que Tahúr, la cual se reeditó hace dos años por la editorial Avant. Entre otros títulos, ha conseguido que la International Poetry Review, de USA, haya traducido y publicado uno de sus relatos.
Creo que uno de los principales secretos que esconde esta novela es precisamente su argumento. En su sinopsis no encontramos muchos datos, solo «historia de amor y desamor», «celos, empatía, amistad, deseo». También se nos presenta a Inés, «una de las protagonistas singulares». Y, en realidad, aunque la importancia esté repartida entre varios personajes, ella se ha llevado parte de mi atención constante.
Es complicado definir la trama sin desvelar nada importante. Inés dice cuenta la historia de una familia, o más concretamente de una madre, que se tiene que enfrentar a un maltratador con la condición de que su hija tiene discapacidad intelectual. Todo el relato está lleno de escenas duras, conversaciones que te hacen replantearte muchas situaciones sociales actuales y que te ofrecen respuestas en las que yo, por ejemplo, no había caído antes. Es interesante leer estos relatos cuando en la ecuación participan personajes que no tienen representación cultural. ¡Nunca había leído una novela igual ni en la que apareciera un personaje así!
Creo que la autora ha hecho un gran trabajo de planteamiento y de esquematización a la hora de escribir este libro. He sentido que estaba todo muy bien estructurado y llevado a cabo. El libro está dividido en cuatro capítulos: «viernes», «sábado», «domingo» y «a los pocos días». A su vez, estos tienen unas separaciones dentro del texto para ubicar a los personajes o para mostrar que el tiempo ha pasado. Este simple hecho denota mucha seguridad y, para mí, una intención de no querer olvidar ninguna reacción de los personajes, llegando a desarrollarlos en profundidad. Eso sí, son 114 páginas, se lee muy rápido.
Si algo tengo que destacar de este libro, además de todo lo cita, es la perfecta sintaxis y pluma de la autora. Cada oración está mimada y tiene una intencionalidad clara. No hay párrafos de relleno y he podido notar que es una obra sincera, que emana desde la parte más pura de la autora. A mí me ha encantado, estoy deseando tener una tarde libre para poder releerla. Indagaré en las otras obras de la autora, ¡no me las quiero perder!
Encuéntralo en este enlace.