Cuando leemos la sinopsis de esta obra, descubrimos «en un principio me negué a aceptar el hecho de tener un hijo autista y que junto a otros pormenores de mi vida me llevaron a un callejón sin salida». Siempre he leído un libro que trata sobre este trastorno es narrado en primera persona, con el objetivo de descubrir, de primera mano, lo que sienten estas personas. En esta reseña de Un héroe en mi vida quiero dejar claro por qué es importante conocer la lucha interna de los familiares.
Mia Gallardo es una mujer nacida en 1969. Se considera una gran apasionada por la literatura y todo lo que tenga relación con la cultura. Hace algún tiempo colaboró en una obra de relatos, Tiempo mágico, donde empezó a introducirse en el mundo literario. De esta manera, sintió necesario narrar todo lo que sentía en su interior al ser madre de un niño diagnosticado de TEA.
En el momento en el que leemos el título entendemos qué camino va a coger el libro: Un héroe en mi vida. Nos encontramos ante una obra breve, de unas 100 páginas, donde la historia que se cuenta es real, completamente sincero. La autora se libera de los sentimientos que le han estado comiendo por dentro y los deja aquí, en el pasado; entiendo esta obra como una forma de dar ejemplo.
Sin embargo, obviando toda la lucha de la autora, creo que esta obra es importante por lo que puede ayudar a otras personas, aunque solo sea a entender qué genera el autismo. La gran mayoría de personas que me rodean, si les preguntásemos, no sabrían qué responder. Asumo mi responsabilidad porque yo tampoco lo sabía. Gracias a este libro y, por supuesto, a la autora, ahora puedo entender ya no solo al «héroe», sino también a la «heroína».
Hay varios aspectos que he disfrutado de esta obra: la autora es directa y muy clara con sus pensamientos. Hacia la mitad de la novela, en la página 70, encontramos una conversación donde se le pregunta al padre cómo se siente al tener un hijo con TEA. Él responde de una manera perfecta: «¡Ahora genial!, pero, cuando nos enteramos de que era un niño con TEA, sentí que la alegría de haber sido padre de un niño se volvió preocupación y frustración. Me sentía mal conmigo, quizás porque las ideas que me había hecho con un hijo varón ahora serían metas incumplidas.».
Me parece muy enriquecedor que, además de conocer las ideas de la madre, podamos entender al padre y a la hermana. El TEA es un trastorno que afecta a toda la familia, de una manera más o menos directa. Sin embargo, si algo he aprendido de este libro, es que lo más importante es cómo lo enfrentas, cómo lo asumes e intentas buscarle una solución —aunque esta sea la aceptación.
Creo que es un libro interesante para entender este trastorno desde otra perspectiva. Me ha gustado, lo he disfrutado y he aprendido bastante. Sí que se narra una historia que puede ser dura, pero hay más de esperanza que de sufrimiento.
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