Reseña “Segundas partes”

Reseña “Segundas partes”

Hay géneros que disfrutas más que otros, pero no sabes explicar el por qué. En esta reseña de Segundas partes voy a intentar dar las razones. Disfruto la veracidad, descubrir a diferentes personajes y que estos, a su vez, me cuenten la historia de sus vidas (o descubrirla por mí mismo). La ciencia ficción está bien, pero cuando me puedo sentir identificado con una novela, para mí, gana mucho más.

Ana Santamora nació en Madrid en 1966. Toda su formación está apegada al sector de la ingeniería industrial y a la telecomunicación. No obstante, su vena literaria y artística siempre ha estado latente. Con esta obra, Segundas partes, se da a conocer en el mundo literario. Como comenta en su biografía: «Nace de la necesidad de plasmar en papel recuerdos vividos, historias heredadas y sensaciones latentes, componiendo un relato envuelto en un halo de magia e infinita ternura».

Cuando me dispongo a describir la trama de la obra, siempre intento vislumbrar cuánto se cuenta en la propia sinopsis. En este caso, se da algo de misterio, por lo tanto, yo haré lo mismo. Conoceremos a Aurora, una mujer que se debate entre el pasado y el presente. Madrid, 1943, esta asiste a la renovación y constantes cambios que está dando su vida, pues «el edificio donde vivió desde niña, objeto de una complicada y larga rehabilitación […], va volviendo poco a poco a la vida». Sin embargo, nos encontraremos con miles de sorpresas.

Aurora se encuentra en un momento complicado, donde sus pensamientos la llevan por emociones negativas. Pero sorprendentemente cambia sin ella imaginárselo. La única pista que os puedo dar, que es lo que la autora desea, es una pluma violeta.

Más allá de misterios y sorpresas, Segundas partes es una novela que engloba muchísimas enseñanzas. Tampoco es un libro que se proponga ser educador, pero visualizar cómo se vivía, cómo eran las reflexiones y estos problemas hace que el lector tienda a reflexionar. La propia vida nos hace pensar si estamos actuando bien o mal. Además, me atrevería a decir que cada personaje tiene unos valores perfectos para aplicar en nuestras vidas. Llegar a este punto es algo costoso y que no todos los autores consiguen.

No hay nada al azar. Es un libro pensado, trabajado. Indiscutiblemente, es un libro que surge de la necesidad de narrar sentimientos e historias pasadas, pero la autora no cae en el «vómito rápido». Tiene su estructura, sus personajes bien formados y ubicados. Me gustaría desvelar más de la trama, pues son algo más de trescientas páginas, pero solo os puedo adelantar que no os vais a aburrir. Os va a enganchar el corazón y dudo que no os agrade. ¡Enhorabuena, Ana, queremos más de ti!

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