Lo admito: suelo ser muy prejuicioso con los libros de autoayuda o de crecimiento personal. He leído muchísimos que se basan en teorías inventadas por unos cuantos. Siento que en muchos casos pueden hacer más daño que aportar algo positivo a quien lo lee. Sin embargo, me topo con obras que me ofrecen ciertos conocimientos que considero oportunos y beneficiosos. Por supuesto, todo recae bajo mi subjetividad. Os traigo la reseña de Las vibraciones del bienestar interior.
Ángel Carrasco Galán es el escritor de esta obra. No tenemos mucha información sobre él. Lo único que comenta su biografía es que siempre ha estado interesado en las lecturas que tienen relación con las cuestiones del alma humana. De esta forma, ha ido formando una opinión propia, consolidada, y como escribe: «[…] una espiritualidad laica, buscando esa libertad desprendida de dogmas, ritos, cultos y doctrinas […]». Obviamente, con el claro objetivo de buscar la felicidad y la tranquilidad: encontrar «la armonía interior».

Como acabamos de comentar, Las vibraciones del bienestar interior es una obra que tiene como objetivo enseñar o mostrar cómo encontrar la calma interior. Con algo menos de 250 páginas, encontramos diferentes temas tratados. Os muestro diferentes títulos de capítulos: «Expansión y liberación mental», «Los deseos», «Control de las emociones», «Vivimos en un mundo vibratorio en el que todo se reduce a energía».
Mi lucha principal ante estos textos es la no sinceridad, el pensar que me están «tomando el pelo». Sin embargo, con este texto no lo he experimentado, todo lo contrario. Es palpable la capacidad y años de estudio que lleva el autor. Es más, me atrevería a confirmar que en muchas ocasiones me he sentido perdido, pues mis nociones son escasas. Sí que siento que no soy un completo desconocido, pero justamente el aprender cosas es lo que me ha hecho disfrutar este texto.
En la página 103 podemos leer el capítulo «La potencialidad latente de la energía creadora del universo». En estas páginas podemos conocer que lo que el universo nos ofrece es justamente lo que estamos creando. Hasta nuestras emociones, que consideramos que otros nos ofrecen, son creadas por nosotros mismos. Las aceptamos de una forma, las asumimos de otras, las enviamos de otra… Estos conceptos son descubrimientos que me han agradado muchísimo. Eso sí, el libro no pretende educar, aunque sí que hay zonas donde propone algunas «prácticas»; es más conocer cómo funcionamos y cómo podemos variar.
No me puedo despedir sin citar una de las frases finales: «Nada nuevo digo. Solo contribuyo, con una terminología propia a veces, a esa narrativa circular que se expande y gana precisión en busca de la nueva visión de la realidad». Justamente, si por algo recomiendo la obra, es por esta cuestión. La forma de escribir —sencilla, sin florituras, sin mucho tecnicismo— hace que sus conocimientos sean accesibles. Gracias a obras como Las vibraciones del bienestar interior estoy eliminando infinidad de prejuicios hacia este género. Gracias, Ángel Carrasco.
Gracias, Samuel, por tu comentario, que no dejo de considerar muy elogioso.
Efectivamente, al final, tal vez, lo que pretende la obra es que cada uno logre acceder en su propio silencio a esa inspiración interior de naturaleza superior, de la que todos somos poseedores, y vayamos alcanzando poco a poco en esa experiencia individual e íntima la visión de una realidad más amplia, menos materialista y más espiritual, que nos permita una mayor amplitud de miras, pues la verdad que entonces encontraremos nos descontaminará de predicamentos y dictados políticos, religiosos, culturales… específicos de la época de la Historia y del entorno social y cultural que nos ha tocados vivir en cada caso; y, como dijo el mayor maestro que ha tenido la humanidad, esa verdad nos hará libres.