Cuando voy a recomendar un libro lo primero que me preguntan es si me ha enganchado, si me ha costado terminarlo… En algunos casos afirmo, pero en otros casos siento que volvería a leerlo, porque lo he terminado con muchísima rapidez. Ni darme cuenta. En esta reseña de Crónica de un dios I os contaré qué nos podemos encontrar.
Carlos M. P. Ráez nació en Madrid en 1997. Como indica en su biografía, desde que tiene memoria se recuerda rodeado de libros de fantasía, aventura y ciencia ficción. Esta pasión le hizo darse cuenta de que él también quería formar parte de ella, fomentando su ilusión por escribir. Su formación es como radiólogo, trabajando en Italia, pero la literatura forma gran parte de su mundo.
Charlie, un joven común, es atormentado por sueños extraños recurrentemente. Desconoce de qué se trata. Todo empieza a tener sentido cuando un amigo le comenta que ha descubierto una misteriosa cueva. El grupo de amigos, rápido, se dirigen allí. Descubren una esfera de mármol en una cueva con una especie de puerta, donde se ve obligado a entrar. Al hacerlo es transportado a un mundo desconocido, acompañado de sus amigos. Allí, un anciano les revela que su mundo ha desaparecido hace mil años. Esta emocionante epopeya mítica es solo el comienzo de una saga fascinante.
A pesar de la abundancia de elementos sobrenaturales y dioses en esta obra de fantasía, se distingue por su tono sorprendentemente realista y adecuado para el público corriente. No peca en elevar el tono lingüístico para que solo algunos eruditos lo puedan comprender.
Los personajes son complejos, verosímiles y carecen de simplicidad moral, poseen una rica vida interior gracias al meticuloso trabajo del autor. Esta profundidad caracteriza a los personajes, que a pesar de sus peculiaridades, se sienten humanos en su sufrimiento, amor y traición.
Sin embargo, si he disfrutado algo —obviamos que no soy especialmente fan del género— son los escenarios. Son asombrosamente realistas a pesar de los elementos sobrenaturales. Carlos Manuel Pérez Ráez ha logrado una inmersión desde la primera página, gracias a la estructura de capítulos breves que aportan un ritmo vertiginoso a la narrativa. De verdad, solo por estas dos cuestiones lo recomiendo infinitamente.
La obra está compuesta por casi quinientas páginas, pero como he indicado al principio de la reseña no lo aparenta. Su lectura es rápida y sencilla.
Finalmente, me gustaría indicar un aspecto que me parece realmente importante: la habilidad de la obra para explorar temas profundos y universales a través de la lente de la fantasía. Destacamos que los personajes se debaten entre temas morales, entre decisiones completas —y siento que en las próximas entregas será más complicado—, agregando una capa adicional de profundidad a la obra. No solo es una emocionante aventura épica —recomendado a los fanáticos del género—, sino también una reflexión sobre la condición humana en un mundo extraordinario. No os arrepentiréis si lo leéis, estoy seguro.