Realizar una reseña de un libro que te ha encantado, en muchos momentos, es más complicado que hacerlo con un libro que has odiado. En estos momentos me encuentro en el primer grupo, y no sé si me dejaré llevar por la euforia del momento. Intentaré ser lo más objetivo posible.
En esta reseña de Cartas para Gretchen, escrito por Rosa Moreno, quiero plasmar tanto la calidad de la obra como el trabajo de documentación que lleva detrás (ella comenta en su web que ha tardado más de doce meses). Al leer el primer capítulo ya nos damos cuenta de que es una obra que debería tener mucha más audiencia de la que tiene.
Rosa Moreno es una autora que estudió Geografía e Historia en la Universidad de Sevilla. Desde que se graduó se dedicó a dar clases de Historia, Arte y Cultura a norteamericanos. Sin embargo, la enseñanza nunca fue su pasión. Entre su bibliografía encontramos dos obras, ambas publicadas en Amazon: La oscuridad del sur (2020) y Cartas para Gretchen (2021).
Esta segunda obra nos cuenta la historia de unos jóvenes españoles que deciden emigrar a Alemania: cada uno con unas inquietudes y objetivos. Ellos se llaman Carlos y Diego, y mientras que el primero decide aprender el idioma con intención de quedarse allí; el segundo solo quiere escapar de España, pues ha dejado muchas cuestiones pendientes (una mujer embarazada, por ejemplo).
Ambos personajes son muy interesantes, pues ambos se complementan a la perfección. Tienen sus ideas encontradas, pero creo que es el punto fuerte para que esta historia funcione. Aunque mi favorito sea Diego, siento que Carlos tiene un potencial espléndido. Asimismo, considero que ambos personajes están muy bien perfilados y completamente definidos.
Por otra parte, siento que la novela, entre otras muchas cosas, tiene dos cuestiones positivas. En primer lugar, la ambientación. La autora ha trabajado muchísimo los escenarios: sin llegar a ser descripciones tediosas ni excesivas, ubica muy bien al lector. Yo, en muchos momentos, me sentí allí, pasando frío (y sintiendo calor cuando los protagonistas estaban rodeados de españoles).
En segundo lugar, la utilización de expresiones alemanas introduce al lector de lleno en la trama. Le da mayor veracidad, pues acabas entendiendo que en aquella época (1963), en Alemania, se hablaba alemán y punto. Esa intransigencia se ha mostrado muy bien.
Finalmente, no podría despedirme de esta reseña de Cartas para Gretchen sin mencionar la espléndida calidad de su prosa. Tanto el trabajo de escritura como de corrección son magníficos. ¡Quiero leer más de la autora, por favor!