Cuando comienzo una nueva lectura, lo único que pido es que el autor sea sincero con sus lectores. Cuando leo ficción, esa línea es más difusa, pues ¿hasta qué punto es necesario abrir tus sentimientos en tus páginas? Sin embargo, cuando leemos libros con este, con tal grado de experiencias, se vuelve inevitable. En esta reseña de Boluda os contaré lo que me ha hecho sentir.
Rossana Claudia Sánchez nació en Córdoba, Argentina. Como escribe en su biografía, «cursó el acceso a la universidad en la UNED […]. Estudió Dirección de Spa, Cosmética Natural, Perfumería de Jabones y Aromaterapia. Certificada en Técnico Láser». No obstante, aunque estos estudios la estuvieran encaminando a un terreno completamente diferente, ella siempre ha sabido que su verdadera ilusión era escribir y poder llegar a publicar un libro. Sin embargo, siento que para conocer a la autora hay que conocer su obra, mucho más que la simple biografía.
Boluda nos cuenta en sus doscientas páginas, veintisiete capítulos, prólogo incluido, cómo ha sido su vida desde que ha pisado territorio español. Para que podáis entender, el primer capítulo, en la página 21 (después de una pequeña guía de palabras), se ubica en 1990 y se titula: «BOLUDA. ESPAÑA – Comienzo de la aventura».
Uno de mis temores al adentrarme en un libro de estas características recaía en no encontrarme dentro del público potencial. Es decir, me creaba incertidumbre pensar que la autora podía escribir esta obra para personas que viviesen lo mismo que ella, que compartiesen las mismas experiencias. ¿Podía considerarme un lector extraño al visitar estos pensamientos y experiencias? Todo lo contrario. Siento que la autora sabe abrirse y contarlo todo desde un punto humorístico, simpático, y con todo lujo de detalles.
No puedo obviar que, aunque todo sean experiencias personales, estamos criticando una obra literaria. Este género, en los últimos años, ha entrado por la puerta grande a todas las editoriales y librerías. Quizás son gustos personales, pero el valor de una historia real en pocos lugares se encuentra. Al visitar estas páginas, leer qué pasó en Venecia, cómo fue la amistad en Cádiz o, por ejemplo, cómo se siente vivir algo así en Formentera, a mí me hace emocionarme.
La autora, a su vez, sabe plasmar las emociones y los sentimientos con una facilidad que parece fácil. Habla sobre cómo se siente y el lector no puede hacer otra cosa que aplaudir. En mi caso, durante la lectura, he premiado la forma en la que está escrito. No me han faltado detalles, no me he sentido fuera de las historias. De verdad, me ha gustado muchísimo y lo recomiendo a todo el mundo. Además, te aporta muchos conocimientos sobre los «extranjeros» y te abre la mente muchísimo.